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jueves, 7 de marzo de 2019

Carmen Benavides



No recuerdo haber querido ser nunca otra cosa que periodista, por mucho que en mi familia no había tradición y por más que mi decisión causara algún revuelo. “Nena, si te secuestran por ahí, yo no voy a pagar el rescate”, decía mi abuelo, convencido de que acabaría en alguna guerra. Y llevaba razón. Acabé en una trinchera: la de la política (la información en que me especialicé y que más me gusta), dura, pero, al menos cercana, abuelo. Para lograrlo estudié, sí, pero, sobre todo, trabajé y aprendí (mucho) de quien podía enseñarme. La Agencia EFE, el diario Ideal, el AVUI, Onda Cero y Canal Sur fueron mis casas. Nunca dejé de tener trabajo y nunca trabajé sin cobrar (¿suerte o valía?) Sigo empleada en la pública andaluza, en cuya función creo, y en estos años algo de tiempo he dedicado también a luchar por los derechos de los periodistas como simples trabajadores que somos. Aún no me he quemado, ni de una cosa ni de otra.

Carmen Benavides Sevilla 2019